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Sara es todas las mujeres. Es emprendedora, valiente y está en constante evolución. Quiere crecer, experimentar el mundo, es curiosa, humana y ante todo, quiere conocerse a sí misma. Sabe que la única forma de tener una vida plena y feliz es buscar hacia adentro, conectarse con su Flora y finalmente, florecer.
Nos inspira la naturaleza, la belleza del día a día, lo que podemos descubrir cuando verdaderamente estamos prestando atención al mundo que nos rodea.
Queremos llevar mensajes, que quien vea nuestras joyas sepa no solo que son una pieza bella si no que tienen un sentido: que hacen parte de los ciclos naturales, movidos por el arte, los colores y nuestro entorno.
Nos inspira mostrar quiénes somos, lo que nos gusta, dejar una huella. En un mundo que cambia y evoluciona a gran velocidad, queremos que quien usa nuestras piezas sea inolvidable.
En Sara y Flora somos un equipo de creativos que sabemos que las piezas que impactan, en todos los ámbitos, son esas que parten de la pasión y la investigación. Por eso, nuestras colecciones nacen con una idea que desarrollamos y trabajamos bajo la premisa de comunicar un mensaje especial, que tenga importancia, que deje saber en qué creemos.
Luego, cuando ya sabemos qué queremos decir, viene una etapa que nos encanta… ¡a pintar! Hacemos dibujos, bocetos, escogemos colores y la idea va tomando forma.
En nuestro taller es donde sucede la magia. Aquí los protagonistas son los joyeros que hacen parte de nuestro equipo: artesanos tradicionales de Santander, que han trabajado por más de 30 años con metales para crear la más hermosas piezas.
En Sara y Flora nos propusimos un objetivo: ¡Darle un giro a lo que ya conocíamos! Por eso, creamos un método creativo a partir de la desconstrucción del conocimiento ancestral, agregamos procesos experimentales a las técnicas tradicionales para obtener diseños contemporáneos.
No seríamos consecuentes si no hiciéramos esfuerzos para que nuestros procesos fueran más sostenibles. Todas nuestras colecciones son hechas con un porcentaje de material recuperado de nuestro propio taller, procurando desechar el mínimo y sacando provecho del metal hasta el final. Además, nuestros empaques están hechos en PLA de material orgánico, vienen del maíz y de la yuca, así que son compostables.
Siempre estamos en constante mejora, siempre adaptándonos e investigando para que nuestro mensaje cubra todo lo que somos.
